Al respecto, la profesora del taller de Cocina, Dolores Lucero, explicó que en su espacio de capacitación “vemos las técnicas básicas, en primer año recetas saladas y en segundo año pastelería. Finalizando el año pensamos en una temática para que los chicos se vayan con sus recetas navideñas. En Cocina I hicimos vitel toné, arroyado de pollo y las comidas típicas de las fiestas. También hicimos stolem y pan dulce”.
Más adelante, comentó que “lo que intentamos es que los estudiantes tengan una salida laboral, y que no signifique siempre ir a conseguir trabajo a un lugar, sino que también se animen a preparar cosas en sus casas y que las puedan vender. Se trata de brindarles todas las herramientas para que no solo la salida laboral quede en la relación de dependencia, sino que también puedan producir en su casa”.
Por último, la profesora contó que “la edad de los estudiantes es bastante variada, este año tuvimos más jóvenes y muchos consiguieron trabajo. Habitualmente realizamos prácticas externas en comedores de las escuelas o Centros de Educación Infantil, pero este año se hicieron en contra turno en la escuela, por la situación de la pandemia”.
La Escuela brinda herramientas laborales a través de sus diez talleres a más de 300 jóvenes de la ciudad. Además de ser un espacio de aprendizaje, es un lugar de encuentro y contención. Depende del Ministerio de Educación y Derechos Humanos de Río Negro, y es un pos primario por lo que el requisito que deben tener los ingresantes es contar con la primaria completa.
Los oficios que ofrece la Institución son diez y de dos años de duración. Entre ellos: cuidador domiciliario, comercio, auxiliar de cocina, mecánica, electricidad del automotor, cuidado de niños, peluquería, cosmetología, chocolatería y operador de PC. Las prácticas se realizan a la mañana y el cursado es por la tarde de 18:30 a 21.20. La mayoría de los oficios son a partir de los 18 años, y cuidador domiciliario a partir de 21 años.